El sellado es una medida preventiva que consiste en la colocación de una fina lámina de resina que protege de manera mecánica estas zonas más susceptibles cuando el diente se encuentra sano. Evidentemente, al ser un elemento adherido sobre un diente sometido al roce de los alimentos, a la presencia de saliva, etc., pueden desprenderse total o parcialmente con el uso, lo que hace necesario las revisiones periódicas y su reposición cuando se considere oportuno.

No todos los niños (incluso, dentro de un mismo niño, no todos los molares) requieren o pueden beneficiarse de la colocación de selladores. El odontólogo evaluará la conveniencia o no de colocarlos en cada caso.
Siempre que se coloquen selladores, es fundamental un seguimiento y un mantenimiento periódico para garantizar la efectividad de los mismos.
La aplicación de los sellados debe ser considerada como una medida complementaria dentro de la estrategia de prevención que incluirá otras actuaciones como la educación dental, el control de dieta, la aplicación de flúor, higiene oral y visitas periódicas semestrales con el odontopediatra.

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María Jesús Gor

Raquel Leopoldo

Eduardo J. Navarro

Antonio Vázquez

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